"LA INTOLERANCIA SE CURA VIAJANDO"

viernes, 10 de septiembre de 2010

BACK IN LONDON!!




Corría el año 2005, y aunque ya había hecho algún que otro viaje, Londres era mi primera gran ciudad. Me dejó tan fascinado que cuando de camino al aeropuerto me confundí de metro y casi pierdo el avión, me dije a mí mismo que si finalmente lo perdía, me quedaría a vivir aquí (y el que me conozca sabe que soy hombre de palabra...). Cosas de la vida, finalmente llegué por los pelos, y supe que el destino no me deparaba una vida en Londres.

Pero parece ser que 5 años y 19 países después, el destino me guardaba un sitio especial para esta ciudad tan especial: Londrés ha visto mi nacimiento como fisio a nivel internacional. Después de juguetear por cursos y congresos en España, surgió la oportunidad de traer una ponencia al Congreso Europeo de Medicina del Deporte, y no lo dudamos dos veces. Creo que es importante que se nos reconozca fuera de España, y Londres espero que haya sido sólo el principio de una larga lista de viajes en pos de la fisioterapia española.

En cuanto a la ponencia, sólo comentar que no sólo estuve al nivel, sino que creo que estuve bastante por encima. Y no por mérito mío, sino porque hay cada uno por ahí que no sé cómo se atreve a salir de casa... Pero bueno, mal asunto es compararse con los demás. Hay que seguir trabajando para pulir aún más cosas.



Volviendo a mi especial idilio con Londres, tengo que reconocer que no soy del todo objetivo en mi opinión. Como suele pasar siempre, aquí pasé unos días geniales la primera vez que estuve, y es quizá ese recuerdo el que hace que todo me parezca tan bueno, bonito y barato (aunque barato lo justo).

Para los que no hayáis estado, Londres es como una pequeña concentración del mundo en una sola ciudad. Gente de todas las nacionalidades, razas, colores (e incluso olores) que conviven en un mismo espacio sin aparente atisbo de intolerancia. Se dice que lo raro en Londres es encontrarte un inglés... y es rigurosamente cierto.

Su cielo clásicamente gris para mí forma parte de su encanto. Siempre y cuando la lluvia te respete, imaginarse Londres bajo un sol brillante no es imaginarse Londres. Sería como imaginar Jamaica con nieve o Burgos sin viento....

Uno de los grandes placeres para los que no somos grandes entendidos en arte e historia es simplemente pasear por las calles del centro de Londres y sentarse en la estatua de Picadilly Circus o Trafalgar Square y ver la vida pasar. Observar desde la lejanía la increible fauna londinense que va desde refinados ingleses de pajarita rosa hasta musulmanes de impecable túnica y turbante blanco con un inquietante parecido a Bin Laden.

Cuando uno pasea por Londres (lo podemos sustituir por patearse Londres, como es mi caso), nunca debe mirar al frente. O vas mirando hacia arriba o te perderás el verdadero encanto de edificios, balcones o grandes almacenes míticos como Harrods. Digno de visitar, por cierto.

Y por supuesto se hace imprescindible un paseo por Hyde Park, una de las maravillas naturales de la ciudad. Las dos veces que he estado he tenido la suerte de ver dos atardeceres espectaculares. Aquí os dejo una foto de hoy...


Y como Londres siempre me depara grandes cosas... ¿qué será lo siguiente?

Año I después de Australia



El tiempo pasa... y mucho más rápido de lo que parece. El caso es que cuando te quieres dar cuenta ya has convertido tus aventuras en recuerdos, y tienes que desempolvarlos de vez en cuando para que no se pierdan por el camino. La "aventura australiana" empieza a parecerme ya parte del pasado lejano, y aunque leer este blog me hace revivir infinidad de grandes recuerdos, me doy cuenta de que todo aquéllo está cada vez más lejos. Lejos... pero cerca a la vez.

Está claro que la experiencia en tierras australes, tanto vital como profesionalmente, supuso un antes y un después en mi vida, pero... ¿de qué manera?

Echando la vista atrás, me veo hace un año en pleno apogeo del "fisio viajero", lleno de ilusión y disfrutando cada momento como si fuera el último. Como todo en la vida, la ilusión se va gastando y hay que renovarla, pero mientras sigamos manteniéndola, vivos estamos.

A lo largo de este último año han sucedido muchas cosas, buenas y malas, para recordar y para olvidar, pero en general nos quedaremos con la buenas, que son las que dominan la balanza.

Como más destacable, podemos decir que "el fisio viajero" se ha convertido más bien en "el fisio ONG". A lo largo de los últimos meses he acogido en casa desde un amigo fisio hasta un balonmanero lisiado, pasando por una proscrita del atletismo y borrachos ocasionales varios de fin de semana... Todo un poema mi hogar! Pero bueno, la verdad es que yo encantado de la vida de tener gente maja como la que he tenido en casa. Unos bajan la basura menos que otros, otros cocinan con azúcar y otras preparan unos perritos calientes de muerte...pero en general se llevan el notable alto.

En cuanto al trabajo, como siempre, apasionante. No dejan de surgir nuevos proyectos, aventuras y berenjenales varios en los que me voy metiendo yo solito. Pero como reflexionaba hoy mismo... bendita inquietud! El día que deje de tenerla, apaga y vámonos. Ha sido un añito de rentabilizar mis conocimientos australianos y trasladarlos a mi quehacer diario. Puedo decir que trabajo más agusto, y que he abierto una puerta enorme a infinidad de conocimientos.

El año ha sido muy intenso en cuanto a charlas, congresos y cursos, pero muy fructífero. Seguiremos informando....

La vida personal ha estado bastante estable. Y cuando se ha visto alterada por cualquier cosa, una paradita para rememorar los idílicos paisajes neozelandeses ha puesto cada cosa en su sitio, y se acabaron los problemas. Creo que puedo presumir de tener gente a mi alrededor que me ayuda a relativizar, y eso no tiene precio.

El añito ha sido también bastante productivo en lo que a viajes se refiere. Haré un resumen resumido, que no hay quiero perder lectores el primer día...
1. Dunkerque (Francia): viajecito con el Balonmano Logroño a la ciudad del noroeste de Francia, en la región de Normandía. Ciudad bastante insulsa y sin nada especial excepto una playita enorme por la que me pegué unas buenas carreras. Partidito que ganamos a los franceses (qué bien sienta ganar a franceses a lo que sea...), y paso a la siguiente ronda.



2. Lemgo (Alemania): semifinales en plena selva negra alemana. Nos alojamos en un pequeño pueblecito llamado Bad Salzuflen, como de cuento. Rodeado por un lago y un bosque sencillamente espectaculares. El entorno merecía mucho la pena, y aunque perdimos me traje un gran recuerdo. Volveré!




3. Oporto (Portugal). Aunque fue sólo una escapada de fin de semana con la Xenxoneta, Oporto me pareció una ciudad genial, muy pintoresca, y digna de explorar con tranquilidad y fijándose en todos los detalles.




4. Turquía. Éste fue el gran viaje del año 2010. Después de 4 años sin vacaciones como Dios manda con Lorena, decidimos que ya era hora de darnos un homenaje, y nos plantamos en tierras turcas con la única compañía de los billetes de avión y las maletas. Lo demás llegaría sobre la marcha.
Después de un inicio de relax en una pequeña ciudad de la costa sur llamada Bodrum (totalmente recomendable el paseito en barco por las calas de agua cristalina), emprendimos ruta por la Turquía profunda atravesando Anatolia, Pamukkale (increible roca blanca de aguas termales) y los lagos, hasta llegar a Capadocia, el plato fuerte del viaje. Toda explicación se quedaría corta, pero en resumen contar que es una mezcla prodigiosa de maravilla de la naturaleza, costumbres rurales y turismo alternativo. Imprescindible si se viaja a Turquía.



Para terminar, pasamos unos días en Estambul. A mí personalmente me decepcionó la ciudad, pero también es cierto que en alguno de mis posts de hace unos meses decía que ya estaba cansado de ver ciudades, y lo ratifico. Lo bonito de Turquía es la Turquía profunda. De Estambul me quedo con los bazares, y con los bocatas de pescado a la plancha en el puerto...y poco más.
4. Londres (Inglaterra). Este viaje lo vamos a dejar para el capítulo de mañana, que podré contar más cosas...
El caso es que ha sido un año bastante fructífero, y que de vez en cuando suceden cosas que te hacen echar la vista atrás y recordar con cariño los buenos momentos pasados.

Y el caso es que últimamente cada vez pienso con más frecuencia que me estoy haciendo mayor. ¿Será que me estoy haciendo mayor?